Futbolista de leyenda
Cien años del nacimiento de Juan Ayala
Balona, Sevilla, Jaén y Cádiz disfrutaron de su calidad
Juan Ayala Callejón, uno de los más grandes futbolistas de la historia linense, habría cumplido cien años este 29 de febrero.
Nació el 29 de febrero de 1924 en el Castillo y por allí dio sus primeras patadas al balón en medio del gran ambiente futbolístico que siempre reinó en aquella zona de la ciudad.
Su consolidación en la Balona fue en la temporada 46-47, aunque ya llevaba un tiempo vinculado al club. Como él decía, con dieciséis años ya estaba en la Balona. Pero fue en 1946 cuando se asentó en el equipo; se hizo con el puesto de titular y ya no lo dejó hasta su marcha al Sevilla en 1951.
Estuvo con la Balona hasta el ascenso de 1949 erigiéndose como uno de los más destacados elementos del equipo. Tras subir a Segunda con la Balona jugó dos temporadas en la categoría de plata con los blanquinegros. En la primera de ellas se alineó en los treinta partidos y marcó veintiún goles, cuatro de ellos en un mismo partido, ante el Cartagena, y, además seguidos, de los minutos 31 al 68. Al año siguiente jugó veintitrés partidos porque antes de que terminara la competición fichó en el Sevilla junto a su paisano Pepe Gallardo. Su último partido con la Balona fue el 18 de marzo y su estreno con el Sevilla fue el 25. Le dio tiempo a jugar los cinco partidos que quedaban y hasta le marcó dos goles al Barcelona en Nervión. Esa temporada y la siguiente coincidieron tres linenses en el Sevilla (Ayala, Campos y Gallardo) pero nunca llegaron a jugar juntos los tres.
![[Img #3628]](http://diariodelalinea.es/upload/images/02_2024/8049_1951-gol-anulado-ayala.jpg)
Además, en la última jornada de la competición se enfrentaron el Sevilla y el Atlético de Madrid con el título en juego. El ganador sería campeón de liga porque los madrileños aventajan en dos puntos a los hispalenses, que jugaban en casa. Juan Ayala se adentró por la banda y centró para que Araujo rematara a gol, pero el árbitro juez de línea que el centro había sido con la pelota fuera de los límites del campo, algo que luego se demostró que no fue así. Este gol habría dado el título liguero al Sevilla. En la temporada 51-52 jugó en veintiocho de los treinta partidos de la liga y marcó trece goles.
Al año siguiente marchó cedido al Real Jaén, que estaba en Segunda y con el que consiguió el único ascenso a Primera de los del Santo Reino. Sólo se perdió un partido y consiguió doce goles. Curiosamente, se enfrentó a su Balona tanto en La Línea como en Jaén y no le marcó ningún gol. Además, se alineó en seis partidos de Copa y marcó otros cinco goles.
El Sevilla le recuperó la campaña siguiente y estuvo dos años más en los jugó treinta y nueve partidos y marcó diez goles. En el primero de ellos, además, jugó siete partidos de Copa en los que anotó dos goles, ambos al Celta, y alcanzó las semifinales, en las que cayó eliminado por el Valencia.
En total jugó setenta y dos partidos en la máxima categoría y marcó veintiséis goles, todo ello con el Sevilla.
![[Img #3627]](http://diariodelalinea.es/upload/images/02_2024/9178_1949-50-mesa-juan-julian-gallardo-ayala.jpg)
En la 55-56 fichó en el Cádiz y jugó tres temporadas en Segunda en las que se alineó en cincuenta y un partidos con diecinueve tantos marcados. En la categoría de plata jugó en total 133 partidos (53 con la Balona, 29 con el Real Jaén y 51 con el Cádiz) y consiguió 64 goles (33, 12 y 19). En la temporada 58-59 regresó a la Balona y estuvo dos años en el club, en el que se retiró en 1960 para desempeñar otras tareas, entre ellas las de masajista. Llegó a ser entrenador unos días después de que Juan Arza se marchara al término de la liga en la temporada 61-62. Aquella competición acabó en abril y las semanas posteriores hubo entrenamientos y hasta un partido amistoso con el Nurberg West alemán de Segunda División.
Siempre sacó pecho por el club de su pueblo. Nunca ocultó que su equipo era la Balona. Por eso, en cuanto pudo volvió y se reincorporó al club prácticamente hasta su último aliento. Recibió un caluroso homenaje el 26 de mayo de 1983 con un partido entre la Balona y el Sevilla organizado con muy poca vista porque tres días después se jugaba el Sabiñánigo-Balona de la primera eliminatoria de ascenso a Segunda B, por lo que Jaco Zafrani no pudo alinear a casi nadie de la primera plantilla.
Falleció el 17 de marzo de 1998 con setenta y cuatro años. Tiempo después, el Ayuntamiento puso su nombre al vial paralelo a la tribuna del Municipal.

Nació el 29 de febrero de 1924 en el Castillo y por allí dio sus primeras patadas al balón en medio del gran ambiente futbolístico que siempre reinó en aquella zona de la ciudad.
Su consolidación en la Balona fue en la temporada 46-47, aunque ya llevaba un tiempo vinculado al club. Como él decía, con dieciséis años ya estaba en la Balona. Pero fue en 1946 cuando se asentó en el equipo; se hizo con el puesto de titular y ya no lo dejó hasta su marcha al Sevilla en 1951.
Estuvo con la Balona hasta el ascenso de 1949 erigiéndose como uno de los más destacados elementos del equipo. Tras subir a Segunda con la Balona jugó dos temporadas en la categoría de plata con los blanquinegros. En la primera de ellas se alineó en los treinta partidos y marcó veintiún goles, cuatro de ellos en un mismo partido, ante el Cartagena, y, además seguidos, de los minutos 31 al 68. Al año siguiente jugó veintitrés partidos porque antes de que terminara la competición fichó en el Sevilla junto a su paisano Pepe Gallardo. Su último partido con la Balona fue el 18 de marzo y su estreno con el Sevilla fue el 25. Le dio tiempo a jugar los cinco partidos que quedaban y hasta le marcó dos goles al Barcelona en Nervión. Esa temporada y la siguiente coincidieron tres linenses en el Sevilla (Ayala, Campos y Gallardo) pero nunca llegaron a jugar juntos los tres.
![[Img #3628]](http://diariodelalinea.es/upload/images/02_2024/8049_1951-gol-anulado-ayala.jpg)
Además, en la última jornada de la competición se enfrentaron el Sevilla y el Atlético de Madrid con el título en juego. El ganador sería campeón de liga porque los madrileños aventajan en dos puntos a los hispalenses, que jugaban en casa. Juan Ayala se adentró por la banda y centró para que Araujo rematara a gol, pero el árbitro juez de línea que el centro había sido con la pelota fuera de los límites del campo, algo que luego se demostró que no fue así. Este gol habría dado el título liguero al Sevilla. En la temporada 51-52 jugó en veintiocho de los treinta partidos de la liga y marcó trece goles.
Al año siguiente marchó cedido al Real Jaén, que estaba en Segunda y con el que consiguió el único ascenso a Primera de los del Santo Reino. Sólo se perdió un partido y consiguió doce goles. Curiosamente, se enfrentó a su Balona tanto en La Línea como en Jaén y no le marcó ningún gol. Además, se alineó en seis partidos de Copa y marcó otros cinco goles.
El Sevilla le recuperó la campaña siguiente y estuvo dos años más en los jugó treinta y nueve partidos y marcó diez goles. En el primero de ellos, además, jugó siete partidos de Copa en los que anotó dos goles, ambos al Celta, y alcanzó las semifinales, en las que cayó eliminado por el Valencia.
En total jugó setenta y dos partidos en la máxima categoría y marcó veintiséis goles, todo ello con el Sevilla.
![[Img #3627]](http://diariodelalinea.es/upload/images/02_2024/9178_1949-50-mesa-juan-julian-gallardo-ayala.jpg)
En la 55-56 fichó en el Cádiz y jugó tres temporadas en Segunda en las que se alineó en cincuenta y un partidos con diecinueve tantos marcados. En la categoría de plata jugó en total 133 partidos (53 con la Balona, 29 con el Real Jaén y 51 con el Cádiz) y consiguió 64 goles (33, 12 y 19). En la temporada 58-59 regresó a la Balona y estuvo dos años en el club, en el que se retiró en 1960 para desempeñar otras tareas, entre ellas las de masajista. Llegó a ser entrenador unos días después de que Juan Arza se marchara al término de la liga en la temporada 61-62. Aquella competición acabó en abril y las semanas posteriores hubo entrenamientos y hasta un partido amistoso con el Nurberg West alemán de Segunda División.
Siempre sacó pecho por el club de su pueblo. Nunca ocultó que su equipo era la Balona. Por eso, en cuanto pudo volvió y se reincorporó al club prácticamente hasta su último aliento. Recibió un caluroso homenaje el 26 de mayo de 1983 con un partido entre la Balona y el Sevilla organizado con muy poca vista porque tres días después se jugaba el Sabiñánigo-Balona de la primera eliminatoria de ascenso a Segunda B, por lo que Jaco Zafrani no pudo alinear a casi nadie de la primera plantilla.
Falleció el 17 de marzo de 1998 con setenta y cuatro años. Tiempo después, el Ayuntamiento puso su nombre al vial paralelo a la tribuna del Municipal.









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