El mismo día se cumplen 40 años del primer ascenso a Segunda B y 74 del único a Segunda División

El primer gran día de la historia blanquinegra fue el 19 de junio de 1949. Era la última jornada de la liguilla de ascenso a Segunda y la Balona no dependía de sí misma para ascender. Llegaba el Mallorca, que también tenía opciones de subir.

El partido se resolvió con autoridad en un San Bernardo abarrotado. José María Cabo era el entrenador de la Balona y alineó a Hurtado, Torres, Gallardo, Terán, Félix, Muñoz, Mesa, Duarte, Rufo, Ubis y Ayala. Por el Mallorca, entrenado por Obiol, jugaron Roberto (Caldentey), Navarro, Sánchez, Rullán, Sitges, Turró, Xirau, Mijares, Manolo, Mascaró y Ferrer. El árbitro fue el madrileño Marrón Martín.

Rufo marcó el primer gol a los 32 minutos al rematar de cabeza un centro desde la derecha. Ubis sentenció en el minuto 85. Los dos equipos se emplearon a fondo durante todo el partido puesto que estaban obligados a ganar para lograr el ascenso. Los mallorquinistas, a diferencia de la Balona, dependían de sí mismos.

La Balona estaba obligada a ganar y que el Badalona perdiera en Cartagena. Los linenses cumplieron su obligación y todo quedó supeditado al choque de la ciudad departamental. Como los cartageneristas ganaron, no sólo subió la Balona, sino que el Mallorca, pese a perder, también logró su plaza al quedar subcampeón del grupo. Los dos equipos lograron el ascenso directo al término de la promoción, aunque pocos días después se anunció que subirían los tres y que el Badalona se mantendría por la ampliación de la Segunda a dos grupos.

La afición linense estalló de alegría al término del encuentro. Los seguidores, que llenaban el San Bernardo, saltaron al terreno de juego a celebrar el mayor éxito de la historia del club. El ascenso directo fue para la Balona y el Mallorca en un primer momento, aunque el Badalona y el Cartagena se beneficiaron de la remodelación del fútbol español.

En 1983, en Éibar

Y treinta y cuatro años después llegó el ascenso a Segunda B. La Balona había tenido la mala suerte de que su único año en Preferente coincidió con la creación de la Segunda B, por lo que no se pudo aprovechar del ascenso múltiple de equipos desde Tercera a la nueva categoría. Le costó seis años de sufrimiento con rivales como el Mérida, el San Fernando o el cacereño que se anteponían en el camino.

Pero la directiva formó un gran equipo para afrontar la temporada 82-83 y desde primera hora se apreció que las posibilidades de ascenso eran tremendas. Campeón de grupo, estuvo treinta jornadas sin perder con Carreras en el banquillo. Una mala racha obligó a sustituir al técnico catalán, fallecido el año pasado, por Jaco Zafrani. En la primera eliminatoria se superó al incómodo Sabiñánigo y luego tocó en suerte el Éibar. 

El partido de ida en La Línea terminó 3-1 y las expectativas eran muchas porque entonces no valían doble los goles marcados fuera de casa. Por tanto, la derrota por la mínima era suficiente para ascender.

Los eibarreses formaron en casa con Garmendia, Gallastegui, Olaizola (Larrañaga), Campos, Altuna, Guruceta, Esnaola, Ormaechea, Echave, Pizo Gómez y Egaña (Iriarte). Por la Balona jugaron Tinajero, Pirri, Iñaki, Caro, Lorenzo, Garrido, Borrell, Noly, Paquito, Márquez y Bruñas (Bautista). El colegiado fue Barrenechea Montero, vallisoletano, que mostró tarjetas a Gallastegui, Borrell, Paquito y al técnico del conjunto eibarrés, Arrizabalaga.

Un injusto penalti en el minuto 21 de la primera parte y transformado por Echave puso a los eibarreses por delante. La segunda parte fue un suplicio, pero la Balona fue más recia que nunca y mantuvo la ventaja.