Las tres cofradías del Jueves Santo se lucen

La cofradía del Perdón fue la primera en salir. Lo hizo a las siete y media desde San Pedro y volvieron a repetirse escenas únicas en los primeros momentos en los recovecos de la calle Siete Revueltas, donde cientos de personas renovaban el rito de asistir a una de las salidas más emotivas de la Semana Santa con esas sensaciones tan diferentes que genera el palio impresionante de la Virgen de la Salud.

El cortejo giró en la calle Jara para enfilar San Pedro y López de Ayala hacia la carrera oficial, a la que llegó a las once menos cuarto. La banda de cornetas y tambores Nuestro Padre Jesús del Gran Poder de Coria del Río contribuyó con sus sones al sobrio andar del Señor mientras que la de música de Jimena de la Frontera fue el acompañamiento perfecto para el palio, en el que las costaleras volvieron a lucirse. Las imágenes aéreas que circulan de la llegada de la cofradía a la plaza de la Iglesia lo dicen todo. Cientos de personas disfrutaron de la presentación de Jesús del Perdón y de la Virgen de la Salud ante el santuario de la Inmaculada. Y muchas de ellas no quisieron perderse la atrayente maniobra de recogida desde la estrecha calle de Antonio Maura.

Una de las grandes novedades del Jueves Santo fue la tempranera salida del Gran Poder, cuya cruz de guía estaba en la calle a las ocho de la tarde en medio de una luz solar única en la historia de la cofradía, como bien repitió antes de la salida el capataz, Jonathan Domínguez, que hizo ver a sus costaleros que estaban viviendo un momento histórico. La calle Méndez Núñez se había quedado pequeña pero la organización fue perfecta para que el cortejo no tuviera problemas para unir el enorme paso del Señor con la larga fila de nazarenos que se incorporaban desde la plaza de la Iglesia. Así arrancó hacia López de Ayala y llegó al pasaje que lleva el nombre del Cristo, donde el paso se detuvo para rezar en medio de un notable recogimiento.

Poco después de las diez de la noche, hora habitual de salida, el cortejo estaba entrando en la carrera oficial, por la que discurrió sin sobresaltos hasta llegar ante el santuario para seguir por un recorrido inusual en dirección al paseo de Fariñas para recogerse en el sentido contrario a la salida. Cuando el paso entraba en la casa hermandad, la agrupación musical San Juan, de Jerez, comenzó a tocar el himno nacional al tiempo que se escuchaban los mismos sones en la recogida de las Angustias.

La última cofradía en salir fue la de las Angustias, que atravesó la plaza de la Iglesia creando unas escenas de enorme belleza con la Piedad de Ortega Bru cruzando y dejando como telón de fondo la impactante fachada del santuario. Una imagen digna de cartel que quedó plasmada en cientos de fotos y vídeos de obligada realización. Igual ocurrió cuando el cortejo se adentró en la calle Alfonso X el Sabio, una pequeña vía poco explotada por las cofradías pero en las que se adquiere una brillantez desmedida. El lateral del Fariñas estaba abarrotado de gente que disfrutó de tan bella estampa. La agrupación musical Santísimo Cristo del Calvario, de Ubrique, ponía los sones y una representación de la Policía Portuaria con traje de gala proporcionaba una imagen nueva al cortejo, que llegó a la carrera oficial poco después de la medianoche. Como siempre, ver a las Angustias por la calle Real fue un deleite para la vista, lo mismo que la llegada al santuario.