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José Manuel Fernández
Lunes, 27 de Enero de 2025 Tiempo de lectura:
Calles linenses

La plaza del Padre Arnaiz, tributo a una gran labor apostólica

Coqueta, es el centro del barrio de La Colonia

Diario de La Línea comienza una serie de artículos dedicados a las calles y plazas de la ciudad con el apoyo inestimable de la obra de Paco Tornay publicada en los años setenta.

 

El Ayuntamiento premió la labor desarrollada en La Línea por el sacerdote vallisoletano Tiburcio Arnáiz entre 1917 y 1925 y le dedicó una placita de La Colonia que, además, alberga entre sus pequeños y antiguos edificios la entrañable capilla que lleva el nombre de San Miguel aunque se le conoce con el del barrio, y cuya construcción provocó algunos problemas entre el alcalde de entonces y el párroco de la Inmaculada.

 

La plaza del Padre Arnáiz es uno de los rincones más coquetos y significativos de la ya de por sí entrañable barriada de La Colonia. Tiene entradas a pie por la calle Díaz Delgado (desde la avenida de España pasando por Francisco de Vitoria) y por las calles Hilarión Eslava y Cardenal Cisneros, ambas desde Saavedra Fajardo, vía principal de la barriada.

 

La capilla fue erigida por decreto del obispado el 28 de septiembre de 1944. Su construcción provocó un serio enfrentamiento entre Andrés Viñas, el alcalde, y el párroco de la Inmaculada Concepción, Juan Rodríguez Cantizano, aunque se resolvió pronto dada la coincidencia de los ideales religiosos de ambos. Además, es curioso que hasta que se le concedió a la plaza su nombre actual se llamara plaza de Andrés Viñas, quizás como forma salomónica de resolver el problema, aunque las crónicas de la época no se refieren demasiado a este pequeño 'contencioso'. La capilla fue edificada sobre un antiguo garaje de la familia Restano, de Gibraltar, cedida expresamente para este fin.

 

Junto a la capilla hay una vivienda anexa que servía de albergue para una congregación que cuidaba de niños cuyos padres padecían las consecuencias del consumo de drogas. La hermana María de Gracia contó una vez las vicisitudes que se pasaban en el plano económico debido a las escasas ayudas recibidas.

 

La plaza estuvo muy mal cuidada durante un tiempo. No tenía espacios verdes ni comodidades de ningún tipo, apenas unos banquitos deteriorados. Entonces era triste porque se trata de una plazuela que estaba predestinada a ser coqueta, sobre todo en aquellos tiempos en los que la gente utilizaba recintos de este tipo para sus tertulias y resultaba casi gratuito el mantenimiento. Por fortuna, con el paso de los años se fue dotando a la plaza de cierta ornamentación.

 

En el centro de la plaza, en medio de un pequeño paseo de palmeras, hay una farola de tres brazos rematada en su base por cuatro mosaicos. Dos de ellos son de devociones puramente linenses (Inmaculada Concepción y Virgen del Carmen) mientras que las otras dos, la Esperanza y Jesús del Gran Poder, son réplicas de tales imágenes sevillanas, sobre todo esta última.

 

[Img #3994]

 

El padre Tiburcio Arnáiz, a quien se le debe el nombre de la calle, nació en Valladolid el 11 de agosto de 1865 y fue bautizado dos días después. Ingresó en la Compañía de Jesús, siendo ya sacerdote, y se entregó a un incansable apostolado como misionero popular. De hecho, el padre Arnáiz llegó a La Línea en 1918 al frente de una misión popular. Su éxito fue impresionante y consiguió una participación multitudinaria en todos los actos religiosos que organizaba, incluso en los más tempraneros. Reorganizó el Apostolado y fundó comunidades en La Atunara y La Colonia. También consiguió traer a la ciudad en 1921 a las Hijas de la Caridad, que montaron una escuela gratuita que acabó en externado con la congregación de las Hijas de María. Su último logro fue fundar en La Línea la Adoración Nocturna.

 

El padre Arnáiz prefirió siempre estar al lado de los pobres y murió en santidad el 18 de julio de 1926 en Málaga en cuya iglesia del Sagrado Corazón está su sepultura y desde donde se inició una campaña para su beatificación que culminó el 20 de octubre de 2018 con la asistencia de más de diez mil personas.

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